Añoro el viento del Atlántico rozar
mi piel, el sonido de las olas impactar contra las rocas del
acantilado, las sinfonías del compositor Viento, las hojas danzar sin fin unas con otras, el contraste del verde de la hierba con el azul del mar, el vértigo de mirar hacia el vacío, el inmenso
conjunto de moléculas de agua, el movimiento de mi ropa a
contraviento, las sonrisas en mi alma, el Sol escondiéndose detrás
del horizonte siguiendo siempre la misma rutina, las montañas
verdes, el movimiento de las olas y su gran paleta de tonalidades de
azul, el sonido del río acariciando las piedras hasta llegar al
mar... Añoro la paz de ese lugar, la soledad encontrada, la belleza
absoluta... hermosa Cantabria infinita.